1. Las varices no aparecen exclusivamente en las piernas:
Antes de hablar del tratamiento para las varices conviene conocer mas sobre sus causas. Aunque las varices se observan con mayor frecuencia en las piernas debido a la fuerza de la gravedad, pueden aparecer varices en otras partes del cuerpo. Es relativamente observar telangiectasias y varículas en la cara y en otras partes del cuerpo (mamas, tórax..). Incluso las populares hemorroides son realmente varices por defecto venoso.
2. La herencia es el factor de riesgo más importante:
Aunque hay muchos factores que se asocian al desarrollo de varices, pero entre ellos la genética es el número uno. Si entre sus familiares hay varices la posibilidad de que desarrolle varices es muy alta. Otros factores de riesgo son el hecho de ser mujer (por los embarazos y los efectos de los estrógenos sobre las venas), la obesidad, el envejecimiento y el tipo de trabajo (es tan perjudicial estar muchas horas sentado como muchas horas de pie).
3. Ciertos cambios de estilo de vida pueden rebajar el riesgo de desarrollar varices:
Mientras que hay factores sobre los que no podemos actuar (herencia, sexo femenino), existen otros factores de riesgo sobre los que sí podemos actuar, corrigiéndolo: mantenimiento un peso saludable, evitar largos períodos de pie o sentado, no usar ropa ajustada a nivel de cintura o muslos, no abusar de tacones altos, etc..)
4. Las varices pueden ser una mera cuestión estética, un problema de salud, o ambos:
Aunque en algunas personas las varices son solamente una preocupación estética, otros pacientes sufren realmente molestias (sensación de pesadez, dolor, tensión, fatiga, cansancio, hinchazón y, a menudo picazón, ardor, entumecimiento, calambres y las piernas inquietas). No todas las personas requieren tratamiento para las varices, pero sí que se aconseja consultar a un especialista cuando esta clínica es persistente, empieza a aparecer hinchazón y/o manchas en la piel de piernas y tobillos, o alguna de las varices empieza a sangrar. El problema es que estas lesiones de la piel son progresivas e irreversibles, por lo que hay que evitar que aparezcan porque después ya no desaparecerán.
5. No siempre es preciso el tratamiento para las varices pequeñas que solo causan problemas estéticos:
Las varices de pequeño tamaño se pueden disimular utilizando autobronceadores o maquillajes que disminuyen la diferencia entre el color de la pierna y el color de la vena..
6. Existen multiples opciones de tratamiento para las varices:
Aunque durante muchos años la fleboextracción o stripping (arrancar las venas en quirófano con anestesia ha sido la norma, y por desgracia lo sigue siendo aún para muchos cirujanos), los tratamientos no quirúrgicos más recientes (que son tanto o más eficaces que la cirugía) se han vuelto más populares. Entre estas nuevas técnicas de tratamiento de las varices (que se suelen realizar en consulta o en quirófano con mínima anestesia y recuperación), se incluye la esclerosis (inyectar algo dentro de la vena para cerrarla por inflamación), las técnicas endovenosas térmicas (tanto la radiofrecuencia como en el endolaser “sellan” la vena mediante calor), y más recientemente el pegamento (ir liberando pequeñas cantidades de un pegamento especial que “pega” un lado de la vena con otro, colapsándola). Estas nuevas técnicas además tener mucha mejor recuperación (muchos de ellos no requieren heridas, anestesia, ni baja laboral), reducen la probabilidad de complicaciones como las frecuentes lesiones nerviosas.
7. Cualquier tratamiento para las varices no es definitivo:
Hay que tener claro que la insuficiencia venosa (que es la causa de las varices) es una enfermedad crónica y que no se cura en un solo acto terapéutico (como podría ser quitar la vesícula biliar o el apéndice). Por el contrario, las varices se deben comparar con la patología dental, que siempre la vamos a padecer y que lo importante es el día (“cepillarse los dientes” …) y buscarse un buen “dentista” que haga revisiones periódicas. Lo que sí que hay que tener presente es que no todos los tratamientos tienen igual resultado: por un lado algunos, como la cirugía en la ingle para quitar la vena, que se asocian con aparición de nuevas varices de más difícil tratamiento; y por otro lado hay tratamientos que mantienen la vena cerrada más tiempo que otros (las técnicas que queman la vena como el endolaser o la radiofrecuencia, son “más definitivos” que la esclerosis). Lo más importante es que el médico que aplique el tratamiento esté realmente especializado en varices, y que realice un buen estudio diagnóstico ecográfico y un correcto tratamiento. Y para esto no basta con que sea especialista (lo cual es importante), sino que se dedique específicamente al tratamiento de varices (flebología)