La úlcera venosa es una patología frecuente, con una prevalencia global de hasta el 2% en la población general de los países occidentales, y tiene un impacto socioeconómico significativo.
Aunque no se conoce el mecanismo exacto por el que se producen y cómo se curan, si que se sabe que existe un importante trasfondo inflamatorio, y que ciertas enzimas como las metaloproteasas (MMPs) juegan un papel importante en la cicatrización.
Varios estudios han sugerido que algunos antibióticos en dosificaciones bajas, tienen propiedades inmunomoduladoras y antiinflamatorias. En concreto, las tetraciclinas pueden mejorar la inflamación, la proliferación celular y la angiogénesis y se han utilizado para tratar una amplia variedad de enfermedades no infecciosas, como la artritis reumatoide, el acné y la periodontitis. También es conocido por estudios clínicos y experimentales que la doxiciclina es capaz de inhibir la activación de MMPs.
Recientemente se ha publicado una trabajo sobre 64 pacientes con úlcera venosa que fueron tratados con terapia compresiva y/o cirugía. A la mitad de ellos se les administró doxiciclina oral a dosis bajas (20mg /12 horas) durante 3 meses, y los resultados se compararon con la otras mitad de pacientes que sólo recibieron el tratamiento básico.
En los pacientes a los que se les administró doxiciclina oral a dosis la velocidad de cicatrización fue superior.
Por ellos, los autores sugieren que la doxiciclina, gracias a su acción inmunomoduladora y antiinflamatorias, a través de la inhibición de las MMPs, podría mejorar el funcionamiento de la matriz extracelular y ser útiles para apoyar la cicatrización de las úlceras venosas.