Al tratarse de una enfermedad crónica evolutiva, los pacientes con insuficiencia venosa pueden presentar diferentes patrones o tipos de varices:
- Varículas y arañas vasculares o telangiectasias: Estos tipo de varices aparecen en las primeras etapas de la enfermedad, y suelen apreciarse sobre todo a nivel de la cara externa de muslo y en el hueco poplíteo por detrás de la rodilla. Son pequeñas dilataciones de los capilares cutáneos y suelen ser asintomáticas.
- Venas reticulares: Son venas de calibre normal pero que se transparentan a través de la piel (especialmente en pieles muy blancas) y que tiene un color verde-azulado. Aunque suelen ser asintomáticas y en muchos casos son venas normales que se transparentan, en algunos casos son varices incipientes, sobre todo cuando están en relación con las varículas y telangiectasias, son la “vena nutricia”, que las alimenta.
- Varices tronculares: Son las varices propiamente dichas: venas dilatadas prominentes y sobreelevadas que se hacen más evidentes cuando se está de pie. Estos tipos de varices si que se suelen acompañar de síntomas y constituyen ya un signo de progresión de la enfermedad venosa, que si no se corrige conducirá a la aparición de trastornos en la piel (manchas, cambios de coloración, fibrosis cutánea y úlceras). Además pueden complicarse provocando una tromboflebitis o una hemorragia si se rompen.
Según el momento de su aparición se deben diferenciar:
- Varices primarias: Son las que aparecen como consecuencia de la evolución de la enfermedad y tienen su origen en la insuficiencia de un eje safeno, por lo que suelen aparecen en la cara interna del muslo y de la pierna. Al tener una distribución típica, con un tronco safeno principal insuficiente del que van saliendo colaterales (varices) se pueden tratar con las diferentes técnicas que actúan sobre dicho eje safeno (cirugía, radiofrecuencia, endolaser, esclerosis con espuma, pegamento, etc.), asociando tratamiento de las colaterales mediante flebectomias o esclerosis con espuma..
- Varices atipicas o 2ª a reflujo pélvico: Existe un elevado porcentaje de mujeres en las que sus varices se desarrollaron o empeoraron, durante o después de un embarazo; o a las que su ginecólogo les comento que tenían varices en el útero. En estos casos la causa de a enfermedad varicosa no solo esta en la pierna, sino también en la pelvis (existen como “goteras”). En estas pacientes, como luego veremos, lo 1º que se debe tratar es este reflujo pélvico (mediante flebografía y embolización de los ejes hipogástricos y/o gonadales), ya que el tratamiento exclusivo de las varices de la pierna, conduce invariablemente a una recidiva a corto-medio plazo. Una cuidadosa exploración clínica:
- los pacientes siempre deben ser estudiados de pie (“acostado nadie tiene varices”).
- Se deben explorar las piernas y la ingle (y genitales si se sospecha reflujo pélvico), por lo que no basta con remangarse el pantalón o subirse un poco la falda, sino que el paciente debe estudiarse en ropa interior.
- Varices secundarias o recidivadas: Estos tipos de varices son las que aparecen en pacientes que ya han sido operados de varices, y ya no tienen una distribución típica con un tronco único, sino que aparecen en multitud de localizaciones (un poco a “lo loco”). Por este motivo solo se suelen poder tratar mediante esclerosis con espuma. o flebectomias.
- Varices postflebíticas: Son las varices que aparecen como consecuencia de una trombosis venosa del sistema venoso profundo, que ha dejado enfermas las venas musculares. En este caso no suele existir un tratamiento exerético, debiéndose extremar las medidas de prevención de la enfermedad venosa.
